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sábado, 9 de agosto de 2014

Kale Borroka

En el artículo de este mes se quiere denunciar el asalto y los daños a la propiedad privada. La víctima inocente ha sido en este caso una entidad bancaria, la fachada acristalada del local de la cual presentaba este aspecto

La solidaridad de los vecinos se ha concretado en una manifestación pacífica totalmente espontánea. Ningún canal de televisión ha querido difundir estas imágenes. Por desgracia este tipo de actos vandálicos ya son lo bastante comunes como para no ser noticia.

Ved los mensajes antisistema con más detalle:

Amenaza indirecta de robo contra la población civil, amenazas de muerte a todos sus clientes. Este tipo de coacciones no deberían producirse a plena luz del día, no en el sXXI, no en un estado de derecho.

Insulto y degradación: son las armas de la gente sin ánimo de crear una sociedad edificante. Ni siquiera una pequeña cita literaria, ni en latín, ni ningún concepto rompedor de marketing en inglés.


Demonizar. Querer asociar siempre la imagen que el poder establecido roba. Reiterar en la dicotomía poder/corrupción como la responsable de la crisis en vez de enfrentarse al hecho de la falta de jóvenes empresarios emprendedores.

Y este último, con connotaciones religiosas. ¿Hasta cuándo se va a seguir atacando a los alimentos provinientes del cerdo? ¿Nadie es consciente de los puestos de trabajo que proporciona este tipo de explotaciones ganaderas?

Hay que plantearse que el coste de limpieza de estos terroristas acabará repercutiendo sobre los clientes de esta entidad. Esta barbarie injustificada disfrazada de violencia estructural es tan reprobable como dicta la ética. Al fin y al cabo, quien tiene hipoteca es porque quiere.