Blas de Lezo
Su obra
Este desconocido comandante naval con nombre de teleñeco y de origen vasco, como todos los grandes marinos del reino de Castilla, se destacó desde su juventud por sus dotes de mando y su magnífica visión estratégica.
Sus hazañas comprenden la caza de corsarios, la pacificación del mediterráneo, y las victorias navales aplastantes.
Pero su obra maestra fue sin duda la defensa de la ciudad de Cartagena de Indias, contra la superioridad numérica de la flota naval inglesa. Con tan sólo 6 barcos, 3000 soldados, 600 indios y 6 fuertes, logró vencer a las fuerzas atacantes que se componían de 195 barcos de guerra y 29000 soldados.
De esta manera los ingleses supervivientes volvieron a su tierra con la vergüenza de una derrota que habían anunciado precipitadamente como una victoria total con bajas mínimas.
Su premio
Su bravura le pasó factura física: la armada anglo-holandesa le obligó a cambiar una pierna por una pata de palo, los italianos le vaciaron un ojo y los catalanes llegaron a mutilarle una mano. Como pago a sus servicios y sin amigos influyentes en la corte, fue relegado a una comandancia en las colonias americanas, sin contactos, ni posibilidades de promoción, ni recursos materiales.
Quiso el destino que su mayor hazaña, la defensa de Cartagena de Indias, fuera la guinda con la que coronar su desgracia, puesto que por envidia y para ocultar su incompetencia, la heroicidad fue transmitida falsamente a la corte para mantenerlo relegado de la posición social que se había ganado a pulso.
Ni siquiera los derrotados ingleses le dieron mérito alguno, por una parte interesados en ratificar el falso encumbramiento de su falso héroe inglés, y por el otro para no dañar la imagen de potencia naval.