Tú, aquél que juegas con las palabras; Las sopesas con ligereza y las lanzas a distancia o las clavas por la espalda, entre costilla y costilla ahí donde el pulmón queda perforado y el aire se escapa. Así silencias a tus víctimas, que aunque gritan no se las oye.
Tú, aquél que confundes a la gente que te rodea; Los débiles de espíritu ríen contigo tus palabras viperinas. Les engañas para que las muecas de dolor parezcan bromas y aumenten el escarnio y la chanza cerrando la trampa entorno a tus víctimas.
Tú, aquél que trazas un círculo maldito alrededor de tu objetivo; tu magia negra crea un vórtice oscuro de miseria que engulle la felicidad y sume a tu blanco en una espiral de depresión. Sin una mano amiga que le ayude a salir a flote.
Tú, aquél que te creces con las miserias ajenas; anulas todo lo bueno que hay en los demás y que nunca serás capaz de superar y ni siquera emular. Sólo puedes realizarte contemplando a quienes son más infelices que tú, y más aún aquellos que lo son por tu culpa.
¿Por qué te sientes engañado, confuso y contrariado cuando descubres que alguien te ha pagado con tu propia moneda? Te engañaste al pensar que el mal no se podría volver contra ti. Te refugiaste en la ilusión de la invulnerabilidad, apoyado por tus marionetas, sin calcular que cuando los hilos cambian de manos tu única opción es la huida o la reconversión. En ese momento, ¿cómo actuaste? ¿Buscaste un nuevo ejército de títeres o te convertiste en un espantapájaros, vacío por dentro y nuevamente con sonrisa eterna?
Busca una excusa plausible que te reconcilie con tu público y justifique tus actos.
Eres un esclavo del equilibrio cósmico; la dama ciega te ha encontrado y te está atravesando con su espada justiciera. Y si no lo ha hecho aún, es cuestión de tiempo.
Tú, eres un individuo sin rostro. Y en ti todos vemos a alguien conocido.
Algunos de nosotros nos regocijamos con tu caída. Otros simplemente te apartamos como a un perro con una patada y seguimos nuestro camino.
Gimotea. Solloza. Lloriquea. Llora. Aflígete. Padece. Sufre. Agoniza. Sucumbe. Perece. Muere. Extínguete y cae en el olvido. No nos importas.
La «Berrea», Versus Las «Hormigas»
Hace 15 horas